jueves, 13 de diciembre de 2012

ELEMENTOS DE LA MADUREZ HUMANA


 Elementos de la madurez humana.

Por Hermenegildo Galeana
Religioso Escolapio
1er semestre de Filosofía

Este trabajo sobre los elementos de la madurez humana, es como una luz que nos ayuda a ver con claridad las cosas positivas y negativas que hay en nuestro interior. Así pues, es un instrumento que favorece amar la belleza que está dentro de cada ser humano, también es útil para tener una relación coherente con las demás personas. Teniendo una vida de madurez interior es cuando podamos vivir en plenitud.

La madurez interior es el medio por el cual podemos relacionarnos con nosotros mismos. También tiene que ver con nuestra autoestima, que es un elemento que nos da energía, fuerza, esperanza, fortaleza y nos convierte en personas creativas en la vida. De esta manera, somos en individuos más plenos y abiertos a los nuevos retos que se nos presentan día a día. Cuando tenemos una autoestima equilibrada, es señal de que tenemos seguridad  y confianza con nosotros mismos, también  la autoestima nivelada nos ayuda a enfrentar los desafíos y miedos que nos surgen a veces, e incluso nos beneficia para adquirir nuevos comportamientos.
Siguiendo a Francisco Escalante de la Hidalga: “la aceptación personal es un acto de amor y respeto por lo que somos, lo cual nos posibilitará amar y respetar a otros, y desarrollar la conciencia de nosotros mismos.”[1]

La autoimagen positiva es vital para la madurez. Para obtener es importante apreciarse uno mismo, respetar nuestra personalidad tal como es, porque somos autores de la propia imagen y es tener una actitud positiva de sí mismo. Esto depende del valor que el individuo se da de sí mismo. Cada acto, cada palabra, cada sonrisa, cada mirada y cada pensamiento que se forma en la mente dependen de una autoimagen de la persona. Desde la perspectiva de una buena autoimagen dependerá nuestra felicidad, una persona con una buena imagen, vive alegre,  es sonriente, es amable y es capaz de amar y relacionarse en plenitud con los demás, porque lo que hay en su interior es lo que refleja en su exterior.
Según John Powell: “lo que nos sentimos incapaces de hacer- y es algo que todo ser humano debe hacer para estar plenamente vivo- es aceptarnos tal como somos.”[2]

En conclusión, si tenemos buenas bases para valorarnos a nosotros mismos, entonces somos capaces de respetar los derechos y la libertad de cada individuo. Y de esta manera aprenderemos amarnos los unos a los otros. 


Elementos negativos de la inmadurez humana.

La inmadurez humana es un impedimento que no nos deja avanzar en nuestros proyectos de la vida cotidiana, también retrasa el crecimiento de cada persona, es una fuerza negativa que influye en un individuo. La inmadurez humana es una cadena que no permita amar y convivir con las personas, nos engancha en un mundo pequeño y no deja vivir el presente, ni nos deja estar pacientemente de modo amble y sano con otros. Esto paraliza el más allá de nuestra realidad, se podría decir que es un obstáculo que dificulta mantener la calma y la alegría con nosotros mismo e igualmente con los demás. 

Siguiendo a John Powell: “la gente que está a la defensiva no pueden ser gente en crecimiento porque su mundo no es más grande que ellos mismos, y el círculo de sus horizontes está firmemente cerrado.”[3]
La inmadurez humana, es la falta de identidad de la persona, para  el inmaduro no hay mundo objetivo, su mente está bloqueada con los pensamientos negativos. Por tanto este criterio de  inmadurez nos convierte en personas mediocres y sin ningún propósito de prosperar en la vida y buscando los defectos de otros. También nos aísla de la comunicación y libertad con las personas a quienes amamos.

Citando palabras de John Powell: “dentro de cada uno de nosotros existe una grabadora que hace sonar el fondo musical de un psicodrama que continuamente está siendo representado. En el escenario están el padre, niño y el adulto. La madre o el padre están haciendo llegar un mensaje al niño. El niño está reaccionando emocionalmente a ese mensaje. Cuando  el adulto escucha el mensaje y ve la reacción del niño, tiene que hacer entrada y corroborar  o negar el mensaje. El adulto tiene que ser asertivo porque, si no lo es, el futuro completo de la persona involucrada no será otra cosa que vivir en la programación del pasado. El padre  y/ niño dominarán esa vida.”[4]


[1] Escalante de la Hidalga, Francisco. “Aprender a vivir.” Editorial. Star Records. S. A. De C. V. Reimpresión (revisada y actualizada): Mayo de 2011. P. 198
[2] Powell, John. “Porqué temo amar.” Traducción: Milagros Amado Mier. Para la edición española: 2007 by Editorial Sal Terrae. P. 43
[3] Powell, John. S.J. “¿Por qué tengo miedo de decirte quién soy? Editorial Diana. Primera edición : septiembre de 1998. Décima sexta reimpresión: febrero  de 2o11. P. 34
[4] Ibid. P. 19

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En oración

Muchos saludos en estos momentos en que estamos viviendo El el tiempo del adviento.