Hablar de la compasión de Dios es reflexionar sobre la manera en que Jesús se relaciona con su Padre. Jesús nace en un tiempo y lugar determinados, pero la clave para poder comprender el porque ha venido a estar con nosotros podemos situarlo en su mismo pueblo de crianza, en Nazaret; recordemos como un sábado se levanta, toma el rollo del profeta Isaías y habla sobre el Año de Gracia.
El Año de Gracia expresado en Isaías nos habla del Amor Misericordioso con Dios que se muestra hasta el extremo de estar en medio de nosotros y así cuando Jesús dice que en Él se cumple ésta profecía por que los ciegos ven, los sordos oyen, los muertos resucitan. Es la Misericordia de Dios que es Jesús, Dios que nos ama tanto que inclusive nos da a su propio Hijo.
Las obras de Jesús son las obras de Dios Padre, nosotros en consecuencia como hijos en el Hijo optemos por manifestar esas buenas obras, las obras de Misericordia.
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