Por Sr. Francisco Gracia Ornelas
La vocación suele ser parte de la elección. Dios llama a
algunos hombres y mujeres para una misión determinada y los capacita para
cumplirla. La vocación o llamada de Dios se narra en formas literarias bastante
estables o en breves referencias. En las Sagradas Escrituras podemos encontrar
narraciones de los llamados que Dios hizo: Abraham (Gn 12,1-3). El Señor dijo a
Abraham: Sal de tu tierra nativa y de la casa de tu padre, a la tierra que te
mostraré.
Haré de tí un gran pueblo, te bendeciré, haré famoso tu
nombre, y servirá de bendición. Bendeciré a los que te bendigan, maldeciré a
los que te maldigan.En tu nombre se bendecirán todas las familias del mundo.
La gran mayoría de los que vivimos en Tijuana, venimos de
otros estados del interior del país, podríamos decir que Tijuana es la tierra
prometida y que todos hemos recibido una bendición al llegar a esta hermosa
ciudad, han nacido nuestros hijos o algunos de nuestros hijos. En algunas
familias, se ha recibido una gran bendición al tener un hijo sacerdote, decir
algún miembro de una familia fue llamado por el Señor a la vida sacerdotal,
estudio y fue ordenado en el Seminario Diocesano de Tijuana. Los invito a rezar
la oración por las vocaciones, pues la mies es mucha y los trabajadores pocos.
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