jueves, 20 de septiembre de 2012

La copia barata del absurdo


Nuestro País en un mundo que no deja ser uno mismo.
La copia barata del absurdo

Por P. Mario Villanueva A.

México es un país con muchos valores, pero parece que en muchas ocasiones nos quedamos viviendo de cosas bellas que tenemos en un tiempo remoto próximo, son valores que se comparten con muchos pueblos de nuestro mundo, pero lamentablemente se van perdiendo a causa de muchos factores, entre ellos una mundo globalizado que no tiene tasa ni medida, sin embargo podemos aprender incluso de esta situación y sacar provecho para México y para el mundo en general, son cosas muy sencillas, muy obvias y no es más que volver a los valores familiares basados en la dignidad de la persona, porque solamente en la familia podemos ir encontrando algunos puntos de apoyo que no solamente nos ayudarán a crecer en lo personal sino también apuntalarán el crecimiento de un Pueblo y no me refiero a lo económico exclusivamente aunque esto viene como derivación de vivir en paz y en armonía comprometiéndose verdaderamente en servir y ayudar a todos los pueblos de la tierra. Pero ¿Cómo podemos ayudar a otros si nosotros mismos nos encontramos sumidos en un atolladero al cual no se le ve salida? En lo particular pienso que no es tanto el querer enrolarse en cambiar a toda una nación de la noche a la mañana, México tiene una población aproximada de  112 millones de personas, el verdadero cambio no va a venir porque determinado partido se encuentre en el poder (poder que está en función del servicio de la comunidad) sino de los valores que vayamos adquiriendo y/o fortaleciendo y que siempre vayan en función del bien común, es decir, el verdadero cambio comienza con uno mismo, en la manera en que me relaciono con los demás, en la responsabilidad que tengo respecto a la sociedad en la cual me desenvuelvo, valorando al ser humano en todas su ser y no necesariamente en sus funciones de productividad que tenga. Todo esto puede parecer quimérico en un tiempo como el de hoy, pero esto no es una propuesta nueva sino que está en los mismos principios que les dieron esplendor a muchos pueblos que lograron civilizaciones bellas aunque no exentas de sombras que opacaron los valores orientados hacia un bien supremo. Para nosotros como creyentes tenemos el reto de saber cultivar valores pero siempre en la perspectiva cristiana, enseñando la sana doctrina de Jesús que busca la salvación de toda la humanidad. Hace falta caminar mucho, pero vivir en paz con Dios y con el prójimo es posible, empieza con uno mismo y se transmite en la actitud humilde del encuentro con el otro. Dios los bendiga y sigamos en este caminar.

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En oración

Muchos saludos en estos momentos en que estamos viviendo El el tiempo del adviento.