La importancia de la vocación no radica tanto en el llamado en sí mismo, sino en el que hace el llamado que es Jesucristo que se dirige de una manera particular a cada uno de nosotros. Hacer caso omiso al llamado, es no querer ser nosotros mismos, puesto que el llamado o la vocación venido de Dios nos indica el camino que debemos recorrer para llegar a ser plenamento aquello a lo que Dios nos convoca: LA SANTIDAD.
Que este 2013 esté lleno de esperanza en Jesucristo nuestro Señor y que sepamos escuchar su voz que nos llama por nuestro propio nombre.
Que este 2013 esté lleno de esperanza en Jesucristo nuestro Señor y que sepamos escuchar su voz que nos llama por nuestro propio nombre.
¡¡¡Feliz Año Nuevo!!!
SALUDOS PADRE MARIO, Y YA SABE QUE CUENTA CON LAS ORACIONES DE LA FAMILIA GRACIA PEREZ
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