«Para el espiritual que ha gustado a Dios, silencio y Dios parecen identificarse, porque Dios habla en el silencio, y solo el silencio parece poder expresar a Dios.
De ahí que para poder encontrar a Dios, ¿adónde irá uno sino a las profundidades más silenciosas de sí mismo, a esas regiones tan ocultas que nada las puede turbar?
Cuando ha llegado a ellas, preserva, con un esmero celoso ese silencio que Dios regala. Lo defiende contra toda agitación hasta de sus propias potencias.»
Del libro: Quiero ver a Dios. p.418
De ahí que para poder encontrar a Dios, ¿adónde irá uno sino a las profundidades más silenciosas de sí mismo, a esas regiones tan ocultas que nada las puede turbar?
Cuando ha llegado a ellas, preserva, con un esmero celoso ese silencio que Dios regala. Lo defiende contra toda agitación hasta de sus propias potencias.»
Del libro: Quiero ver a Dios. p.418
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