Cuando una persona comienza a
conocer más de Jesús se le presentan al menos dos opciones: seguirlo o
rechazarlo; la mayoría de las personas no puede permanecer impasible ante esta
encrucijada que se le presenta, pues el encontrarse cara a cara con el maestro,
exige un pronunciamiento; pues bien en este dar una respuesta se nos puede ir la vida, porque el tiempo va
pasando y no logramos llegar a una solución ante esta situación, la causa: los
apegos.
De ahí la importancia de “dejar
todo” para realmente seguir a Jesús, “dejar todo” puede entenderse en sentido
literal, pero más que eso debe ser en el sentido del desprendimiento, es decir
que nada ni nadie pueda interferir en este discipulado cristiano, es fácil
decirlo pero ejecutarlo no tanto, exige entereza de corazón y una disposición
plena que es jalonada en este caso por el amor a Dios.
No tengas miedo de dar este paso,
pues en la medida que dejes más cosas serás más libre para poder tomar decisiones.
Dios te bendiga y acompañe, se fiel ahora y sobretodo en los momentos más difíciles
que Dios no te abandonará.
P. Mario Villanueva
padreniko@gmail.com
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