Jesús nuestro Señor no nos ha dejado solos, sabemos muy bien
que Él se queda con nosotros hasta el fin de los tiempos en su presencia
sacramental, que bueno que cada uno de nosotros como creyentes acudimos
constantemente a Misa, doblamos la rodilla ante su presencia y pedimos a Dios
que tengamos la confianza de abrir el corazón a Cristo presente no solo en el
Santísimo Sacramente del Altar sino en la presencia real de Jesús en los demás
hermanos, sobre todo en los más
necesitados.
Abre el corazón, nunca nos ha abandonado y aprendamos a unir las
experiencias negativas de la vida a la cruz de Jesús. Dios los bendiga.
P. Mario Villanueva
padreniko@gmail.com
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