En la vida cotidiana hemos escuchado e inclusive nosotros
mismos hemos empleado esta expresión: «Mañana lo hago» pero es tan solo una
expresión que nos justifica en el momento en que debiéramos actuar y dejamos
que pase ese día y el que viene y así sucesivamente y jamás llegará a
realizarse lo que “deberíamos” haber hecho en su momento. No dejes que la
desidia pueda más que tu voluntad, ponte a trabajar en cualquier proyecto que
tengas, deja de preocuparte y comienza con un paso a la vez, cuando haces esto
todo tu ser poco a poco se va "encarrilando" para conseguir lo deseado.
No te preocupes por lo que pudiste hacer en el ayer o lo que
harás en el mañana, lo mejor es ocuparse en el día de hoy que se nos presenta
como la oportunidad de contribuir al bien a los demás y como consecuencia
lógica y deseada en el bienestar personal con Dios y con el prójimo. Buen día.
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