miércoles, 28 de marzo de 2012

Colecta Anual del Seminario: Domingo de Ramos



Hablemos de corresponsabilidad

En los tiempos actuales es muy difícil que nos sintamos realmente comprometidos con alguna obra trátese esta del gobierno o de la iglesia, no sentimos la necesidad de formar parte de la solución y solamente pasamos la mayor parte del tiempo quejándonos de las situaciones injustas con las cuales tenemos que convivir cotidianamente; pero esto debe terminar o al menos nosotros mismos que nos decimos creyentes no tendríamos que participar en estos mecanismos de injusticia que imperan en nuestro tiempo, de ahí la importancia de que todos y cada uno de nosotros nos sintamos lo suficientemente interpelados para dar una respuesta concienzuda ante la problemática que tenemos delante de nosotros.

El Seminario es una institución de la Iglesia, es una casa de formación para todos aquellos que aspiran al sacerdocio ministerial, que se sienten llamados para este honorable oficio, es como se dice poéticamente «el corazón de la diócesis» de donde manan los futuros sacerdotes al servicio de las distintas comunidades parroquiales, movimientos laicales, obras asistenciales, etc. Pero muchas veces podemos darnos cuenta de que si es tal la importancia que tiene ésta institución, se debería tener un cuidado muy especial porque es una obra esencial dentro de nuestra Iglesia de Tijuana. Es necesario y urgente que nos arremanguemos las camisas para ponernos verdaderamente a trabajar hombro con hombro con el arzobispo a la cabeza para que esta institución sea cada vez un lugar mejor de encuentro con Jesús Buen Pastor, donde se cuente con los padres formadores adecuados, con un profesorado capacitado, con las instalaciones óptimas que efectivamente colaboren en una formación integral para estos jóvenes que aspiran a una entrega libre y madura al servicio sacerdotal, el cual repercute de manera extraordinaria como ya mencionamos anteriormente a las distintas comunidades parroquiales y en última instancia a la propia sociedad tijuanense de la cual formamos parte, misma que debería experimentar un cambio radical dado que somos mayoría los que nos manifestamos creyentes y por lo tanto se esperaría de cada uno de nosotros un mayor compromiso corresponsable para poder sacar adelante esta y otras obras magníficas de Dios. Pero, ¿Qué ocurre con nosotros? ¿Tenemos la suficiente fe como para poder echar de nuevo las redes al mar a pesar de que hasta la fecha solo hubiéramos obtenido una escasa pesca? Cfr. Lc 5,1-11 ¿No recordamos que es Jesús el Señor el que nos dice que confiemos en sus indicaciones? San Pedro atiende las indicaciones y en el nombre del Señor echa las redes y la pesca resulta “milagrosa”. ¿Acaso no podemos depositar nuestra confianza en Jesús, y en su nombre y con nuestra participación responsable lograr todas estas bendiciones para nuestra casa de formación que llamamos Seminario?

«Pidan y se les dará, busquen y encontrarán… » Cfr. Mt 7,7. Es tarea de todos nosotros los que creemos en Cristo que actuemos de manera más consciente del llamado que Cristo nos dirige, para que actuando manifestemos la fe que hemos depositado en él.

Dios les bendiga por todas las aportaciones que hacen a nuestro Seminario, especialmente en este tiempo en que se hace la colecta anual a favor de nuestra casa, no pierdan la oportunidad de ser generosos para con los que en un futuro próximo serán los pastores de estas comunidades parroquiales de la cual cada uno forma parte. Rueguen pues al dueño de la mies que envíe operarios a sus campos. Dios los bendiga.
P. Mario N. Villanueva Arellano
Sacerdote Diocesano

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En oración

Muchos saludos en estos momentos en que estamos viviendo El el tiempo del adviento.